miércoles, 8 de julio de 2015

LA VENTANA... La ventana. Una ventana. Encierra misterios, confesiones, ilusiones, broncas contenidas y de las otras. Sus espaldas soportan mochilas. Las mochilas soportan los azotes del afuera cuando la lluvia y el viento se disputan por tener protagonismo. Las cuatro estaciones del año le proclaman sus verdades. Ella escucha. Calla. Le duele los golpes que recibe en sus postigos cuando agosto silencia los suspiros de un abuelo que parte en soledad... o cuando divisa hasta en las sombras la despedida cruel de los amantes... Su mirada hacia el interior disimula ceguera... para que nadie le pregunte qué pasa en su doméstico albergue de quimeras. Sabe de ceremonias y rituales que se ejercen entre sábanas cuando el amor florece en primavera. Conoce las espaldas de la gente en desacuerdos y del llanto de los niños en plena madrugada. Calla. Silencia. Le duele el adiós sin cortesía. Cruje escondiendo su sonrisa en los abrazos complacientes de los grandes... de los chicos... Ella vigila la morada sin quejas ni temores. Comprende que el destino la llevó por otros rumbos sin preguntarle ¿Cómo estás?. Se da cuenta que su único camino es quedarse en su lugar... viviendo como es: simplemente una ventana...

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